martes, 14 de mayo de 2013

A Jorge, en su cumpleaños


Jorge, hoy te escribo porque es el día de tu cumpleaños, y  es difícil eso de que sea tu cumpleaños y no estés. Es difícil porque con tu partida muchas cosas se pusieron difíciles, y la vida cambió para siempre y para siempre se puso más injusta, y aquí seguimos, pero cada uno a su manera, aunque todos te extrañamos y te recordamos cada día, a veces con más tristeza y otras con menos, pero siempre presente en la memoria y en nuestros corazones.
En mi cabeza quedó tu alegría, tu sonrisa constante, la bondad que te caracterizaba, algunas palabras y frases y chistes malos y recuerdos tan lindos que siempre voy a guardar.
Emilio dice que frente a lo que pasó, vos hubieras dicho “Dios tiene sus razones”, y aunque no me conforma, sé que hubieras pensado así y un poco me alivia.
Tengo muchas preguntas para hacerte sobre esa noche, y tengo muchas preguntas para hacer sobre la vida y la muerte y tantas cosas, pero mejor no entristecerte un día como hoy.
Desde que no estás pasaron muchas cosas. Helena siempre te nombra y de alguna manera entendió que no va a volver a verte. Sabe que te fuiste pero dice que “estás trabajando o que estás de viaje”, y yo también a veces quiero creerlo así, que andás de viaje por España y que un día vas a volver para mostrarnos las fotos. (Por cierto, Helena está hermosa. Tal vez esa sea una de las cosas que más duele, que no veas lo linda que se pone al crecer…)
También se inundó tu casa. Bueno, en realidad casi media ciudad y eso fue triste. Y a tu casa también le tocó y ahí el agua se vino a arrancar otras cosas, y qué injusto otra vez, pero tratamos de encontrarle un sentido. Milagrosamente tus rosales se salvaron y ayer volvieron a dar unas flores hermosas. También se salvó el santuario y otras cosas importantes. La casa está distinta ahora, aunque a decir verdad: ya lo estaba de antes.
Luego… trivialidades… comimos torta con dulce de leche, pero no estaba tan rica y los domingos, para qué mentirte, nadie tiene ganas de hacer los asados en tu parrilla. Yo miro el jardín y no lo entiendo, y en la mesa Kuky se sienta en tu lugar y ahí nos reunimos junto a ella. Ella es fuerte y la familia también. Yo no soy tan fuerte, me parece…yo cuando estoy en tu casa se me hace un nudo en la garganta y cuando veo alguna foto tuya todavía tengo ganas de llorar. Perdoná que te lo diga. Te imaginarás a lo mejor, lo difícil que es, pero sé que lo entenderías… vos eras muy sensible y cariñoso y te hubiera pasado lo mismo si estuvieras aquí ahora. En fin… quería decírtelo: que no te   olvidamos y que tu partida es una herida difícil. Para mí lo es. Me gustaría darte un fuerte abrazo de esos que vos solías dar, pero bueno, me quedo con el recuerdo y te abrazo a la distancia querido Jorge, suegro Jorge, abuelo Jorge, papá de Emi, tu hijo al que amo y del que estarías orgulloso también ahora si lo vieras sobrellevando tantas cosas con tanta dignidad, como le enseñaste.



No hay comentarios:

Publicar un comentario