viernes, 14 de marzo de 2014

Sobre verdad y realidad



           “La imagen en sí misma no es más que palabras. Carece de realidad”
                                                                                                           (Krishnamurti)




Sobre la lente quiero escribir. Sobre la lente que borronea y desfigura. Sobre la lente que distorsiona. Sobre las apariencias. Sobre lo ilusorio (la magia, los trucos) Sobre lo que se “ve” y lo que “es”. Sobre la realidad y la verdad.

Sobre los puentes rotos.

Sobre la soledad en que me hallo, viendo un espejo que me parece que me refleja.
¿Pero dónde estoy?
                             ¿Dónde estoy yo ahí abajo?

Sobre las máscaras y los personajes, y los artilugios para escondernos.

¿Quién soy yo ahí abajo?

La gente dice de mí. Mi mamá me cuenta siempre el mismo cuento, los mismos recuerdos, las mismas anécdotas. Yo me creo ese relato. Lo repito y me lo grabo.
Yo fui así. Me lo dijo mi mamá.

Y construyo una imagen como una hormiguita cada día, le llevo pan. Es así que soy. Así como me dicen.
                         Junto palabras, y titulitos y rótulos.
                                                                                 Soy esto.
Soy porque deseo esto y porque resigno aquello.
Elijo. Me la paso eligiendo, armándome como un rompecabezas. Reconstruyéndome. Deshaciéndome y rehaciéndome hasta por fin parecerme a lo que quiero.

Hay una imagen de mí. Algo que proyecto, que creo proyectar.
El otro está ahí… ¿y qué ve?
                                          ¿qué piensa mientras me está leyendo?

Yo nunca voy a saber.
La ilusión de la comunicación.
En el fondo estamos muy solos, y las palabras puentes rotos.

Pero “lo mismo que te aliena es lo que te libera”, me dijo alguien alguna vez. Un maestro.
La ilusión de las palabras (¡Nunca podremos salirnos de ellas!)
La perversa trampa del lenguaje.
Me creo que estoy diciendo lo que quiero decir.
Pero nunca decimos lo que queremos decir… sólo ensayamos formas rebuscadas. Retruécanos. Puros, pobres engaños.
Detrás de eso estamos nosotros. Muy detrás. Muy lejos, lejanos. Probando trajes, mascaritas, antifaces.
Muy detrás, como el Mago de Oz… que no era nadie, y parecía grande.

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